El mundo ha regresado a la normalidad. El fuego
Olímpico ha dejado a Londres para regresar a Grecia, su país natal. Dentro de
cuatro años, los cariocas nos deleitarán con, estoy seguro, un carnaval de 2
semanas aderezado por justas deportivas en Río De Janeiro 2016. El mundo ha
regresado a su deprimente (en general) realidad.
Atrás quedan las infinitas demostraciones de fuerza,
habilidad y, en algunos casos, hasta magia y milagros de parte de los
olímpicos. Atrás queda ese espectáculo mundial que por dos maravillosas semanas
mantuvo el ojo noticioso de todos los periodistas del mundo. Le decimos adió a
Londres 2012, y el mundo regresa a sus problemas.
Tuvimos varios momentos memorables, como ver a la
máquina imparable de Usain Bolt correr y romper el récord del mundo en la
carrera de relevos. Sin lugar a dudas, para nuestro país, el momento más
importante se dio con esa histórica medalla de oro en futbol, donde lograron
vencer 2 a 1 a Brasil. Pero por ahora, todo eso ya quedó atrás.
Ahora, frente a nosotros, está la oscuridad y
opacidad del futuro. Dentro de poco mas de 3 semanas se vence el plazo para que
el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) decida si
validará o no la elección. Este pasado domingo, el buen Peje y sus fans
volvieron a demostrar su amor por tomar el Zócalo como si fuera propiedad de
ellos y montaron una cosa llamada “Expo Fraude” donde presentaron algunas de
las pruebas “contundentes” de la compra de votos:
Vaya…
Si unas gorras, mandiles, playeras y bolsas son “pruebas contundentes” de que
se compró una elección, díganme a dónde puedo a ir a impugnar la victoria de
Miguel Ángel Mancera en el Distrito Federal, (y en realidad de toda la
izquierda en el DF). Es más, díganme dónde puedo ir a impugnar todas y cada una
de las elecciones que se llevaron a cabo el 1º de julio, por que dudo mucho que
no hubiera un solo político que no utilizara estas técnicas.
A fin de cuentas, creo que tristemente la humanidad
no ha aprendido nada de los Juegos Olímpicos. En el pasado, allá, cuando
todavía se realizaban para mantener entretenidos a los dioses del Panteón
Griego, durante el tiempo en el que se realizaban las Olimpiadas, existía un
pacto entre las naciones, una prohibición de atacarse unos a otros. ¡Y vaya que
lo respetaban! Eso es lo que hace falta hoy en día: Unión.
No entiendo, y creo que jamás entenderé como unas
personas, creyendo que son poseedores de la verdad verdadera y universal,
insisten en imponer sus ideales por medio de la fuerza (o por medio de bloquear
calles, sembrar la discordia, decir mentiras y verdades a medias), todo con tal
de obtener el hueso, o quitar a alguien de la presidencia.
Al final, estas 132 personas y su líder en las
sombras, el Peje, a pesar de que predican la unión entre el pueblo, lo único
que logran es dividirnos, polarizarnos.
Y el pueblo es fácil de manipular, es fácil de
engañar. No se necesita probar algo más allá de toda duda razonable. No. En
México, la duda razonable es suficiente como para que el pueblo crea que es
verdad. Triste situación…
¡Ay mi México amado! ¿Hasta cuándo un mesías
tropical con hambre de poder permitirá que sanen las heridas que él mismo causó
y que tanto daño te están haciendo? ¿Hasta cuándo te acordarás de que necesitas
unión y no separación causada por un político que dice que los políticos son basura?