martes, 25 de septiembre de 2012

El Común Caso de @PolimniaRomana (O “Crítica”)

Es casi como el cuento de la Cenicienta. Polimnia Romana Sierra Bárcena era una “humilde” estudiante de veterinaria en la Universidad Nacional Autónoma de México, que estaba realizando su servicio social y que tenía una pequeña clínica veterinaria para especies pequeñas, cuando un día, de la nada, el famosísimo chofer millonario de Andrés Manuel López Obrador, Nicolás Mollinedo, mejor conocido como “Nico”, la contrató para ser “asistente” del buen don Peje, y unos añitos después (entre los cuales se encuentran 7 años de vivir del dinero de la gente de MoReNa por su trabajo como guarura) se convirtió en una hermosa princesa… Digo, en una “hermosa diputada”, en una vividora más, como todos los diputados y senadores de este país, del erario público.

Yo conocía a Polimnia Romana por sus participaciones “editoriales” en un portal de noticias digital que favorecía al Peje. Era una más de sus acólitos fanáticos. No tenía, ni necesitaba, más información sobre ella. Todo cambió hace poco cuando me vengo enterando de que Polimnia se había convertido en diputada por mayoría representativa por el distrito XXV con cabecera en la delegación Álvaro Obregón, Distrito Federal, dice ella que por el Partido del Trabajo. (Aunque curiosamente la encontré en la base de datos del Partido de la Revolución Democrática del DF.)
La historia se hizo todavía más interesante cuando me entero que, después del revés que le dio el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación al PRD-DF al quitarle la mayoría absoluta en la Asamblea Legislativa local, esta amable señora le hizo el favor al PRD-DF y, junto con otra de sus compañeras de bancada petista, adelantándose por la izquierda a la democracia, dejó su bancada y se unió a la del partido del Sol Azteca para que este recuperara su mayoría absoluta. Como ella misma lo expresó en su Twitter, su decisión “tiene que ver con el funcionamiento de la ALDF, y de que el PRIAN (frase muy socorrida por los fans de AMLO) no tengan dentro la representación que NO tienen en la calle”. En otras palabras, ella considera que el voto de la gente que libremente se decidió por opciones que no eran de la izquierda no tiene valor. “El objetivo era dejar sin juego al prian en el DF”, o lo que es lo mismo, el objetivo es que el PRD pueda hacer lo que se le pegue la gana, y nadie les puede decir nada. El objetivo era, pues, eliminar a esa pequeña y molesta democracia y “dejar sin juego” al sano debate que la acompaña.

El punto central de este escrito, querido lector, no es debatir que tan ético es dejar que un partido pueda, esencialmente, (ejemplo exagerado) pasar una ley que le ponga impuesto a cada paso que cada habitante de la ciudad de sin que nadie lo pueda evitar. No, aquí el punto es la falta de capacidad de aceptar la crítica que esta guarura convertida en personaje público tiene.
Cada quien es libre de hacer y decir lo que quiera en su Twitter, de bloquear o no a quien quiera, sin embargo al ser un personaje público a cargo de las políticas de la ciudad, uno pensaría que esta diputada está abierta a la crítica, buena o mala, pero no. (Favor de ver notas 1 y 2). La diputada prefiere vivir en su mundo de unicornios y casas de jengibre, repito, como la gran mayoría de los políticos de este país.
Son pocos, MUY pocos los políticos que se van “a la guerra sin fusil” que son las redes sociales. MUY pocos los que le entran y aguantan vara. Si, siempre existirán los trolls, los que sólo ofenden por ofender. Pero por poner un ejemplo, la diputada me bloqueó por el simple hecho de cuestionar su decisión de otorgarle la mayoría al PRD-DF. Mi comentario fue: “Que sentirá @PolimniaRomana sabiendo que por ella, el PRD tendrá la capacidad de pisotear la democracia en el DF con su mayoría en la ALDF”. Así, sin groserías, tal vez con un toque de sarcasmo.

¿Qué tanto podrán los políticos enterarse sobre si están haciendo bien su trabajo o no si sólo escuchan las cosas que los hacen sentir bien? Si no escuchas las críticas, ¿cómo puedes aprender a mejorar? Si, es difícil, muy difícil para cualquier persona ponerse ahí y escuchar cómo te dicen que no estas haciendo bien las cosas, pero a fin de cuentas, es gracias a que te hacen ver tus errores que los puedes corregir ¿no?

Las redes sociales y los políticos son una cosa muy divertida y que, creo, merece mucho tiempo de estudio y pensamiento. Lo que si me queda muy claro es que un personaje público, un diputado, tiene que actuar siempre con respeto y propiedad. (Ver notas 3 y 4). Las cuentas de Twitter si, son personales, pero la persona que la maneja, en este caso la diputada Romana, debe de saber que la gente lo leerá, y bueno, si no le gusta que la gente sea grosera con ella, debería de empezar por dar el ejemplo y ella misma no escribir groserías.

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