martes, 14 de junio de 2011

Periodismo: No oficio, profesión (O “Los Hijos del Vecino”)


Yo les pregunto, queridos lectores: ¿Ustedes confiarían en una persona que tiene nociones de anatomía para que les realice un procedimiento quirúrgico? ¿O que tal en una persona que tiene nociones de derecho para defenderlos contra un problema legal? Pues me supongo que no… Yo no lo haría. Me es imperativo que una persona con estudios profesionales realice estos actos. No podría confiar en cualquier hijo de vecino que sepa donde se encuentra el corazón y cuáles son sus funciones para que me haga un trasplante, así como tampoco confiaría en un tipo cualquiera que se haya leído la Constitución para que me defienda en un juicio.

Viendo el programa de Tercer Grado que aconteció el miércoles 8 de junio me encontré con una declaración de lo más singular: “El periodismo es un oficio, no una profesión”. El autor fue el periodista Carlos Marín. Este peculiar personaje siempre ha tenido mi respeto y admiración como profesional de las información (si, si, sé que muchos no estarán de acuerdo conmigo, pero así es esto, cada quien tiene sus propios gustos), pero la verdad es que después de escuchar estas palabras ser escupidas tan irresponsablemente de su boca, ha perdido cualquier simpatía que tuviese por él.

Y es que, querido lector, esto es una GRAN mentira, y el Director Editorial del Grupo Editorial Milenio es la prueba viviente de ello. El mismo Carlos Marín es egresado de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, una de las más prestigiosas en este ámbito. Si el periodismo fuera un oficio, ¿cómo que para qué se echó estudiando tanto tiempo si no se requieren de estudios profesionales para ejercerlo?
Para que quede claro, las definiciones:
Profesión.- Empleo, facultad u oficio que alguien ejerce y por el que percibe una retribución.
Oficio.-  Ocupación habitual.
Generalmente las profesiones requieren de un conocimiento especializado y formal que se adquiere tras una formación terciaria o universitaria, en cambio los oficios suelen consistir en actividades informales o cuyo aprendizaje consiste en la práctica
No cualquier hijo de vecino puede ser un profesional del periodismo. Y ese, apreciable lector, es el problema.

Hoy en día existen una serie de personas que se vanaglorian por poder ejercer algo, sin tener estudios profesionales que lo respalden. Cualquier hijo de vecino puede dibujar un logotipo que se vea bonito, pero sólo un Licenciado en Diseño Gráfico puede diseñar un logotipo que tenga una justificación en conformidad con las necesidades y exigencias del cliente, que tenga una coherencia con la teoría del color, etc., etc., etc. Cualquier hijo de vecino puede agarrar una cámara y grabar una “película”, pero sólo una persona con estudios profesionales en Cine puede entender la importancia de que cada escena tenga una composición visual determinada, entiende a la perfección la necesidad de un ángulo determinado en un momento específico, etc., etc., etc. Lo mismo pasa con el periodismo.

Cualquier hijo de vecino puede narrar los acontecimientos que suceden en el día a día, un tipo cualquiera puede aprender a leer de un teleprompter y decir que es un “presentador de noticias”, y cualquiera puede escribir su opinión y presentarlo como una columna. Pero se requiere de un profesional del periodismo para entender las reglas y saber cómo aplicarlas.

Carlos Marín, con esta frase que dijo en Tercer Grado, no sólo denigra a sus compañeros y a aquellos que trabajan para él en Milenio, sino que es cómplice de uno de los problemas que más aquejan a aquellos que tenemos estudios profesionales de periodismo: No hay trabajo porque cualquier hijo de vecino se presenta a sí mismo como periodista sólo porque sabe escribir bien.

No puedo negar que existen personas que hoy en día se presentan como periodistas (y que no lo son) que efectivamente, tienen un talento para ello… Claro que tampoco se necesitan estudios formales en arte para poder pintar una obra maestra.
Pero si creo necesario que este tipo de situaciones se regulen. Así como se necesita de una licencia para ejercer medicina o derecho, debería de existir una licencia específica para ejercer el periodismo. Y no estoy loco pues ya existen propuestas en otros países que atienden esta necesidad.

Concluyo, amable lector, diciendo dos cosas: Carlos Marín es un completo inepto al haber hecho esa declaración, y ni que decir de su hipocresía, pues, vuelo, si el periodismo fuera un oficio, ¿para qué demonios gastó su tiempo estudiando en la Escuela de Periodismo Carlo

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