El domingo pasado sucedió algo en la ciudad de México. Unas 3 o 4 mil personas (según la @PoliciaDF), o tal vez 7 mil (según reportes de los organizadores), en su gran mayoría mujeres, caminaron por Paseo de la Reforma. Vestidas con escotes, minifaldas, tacones de aguja, mallas de red, en fin, con prendas que poco dejan a la imaginación. Hubo quienes decidieron no dejar nada a la imaginación y hasta con los senos al aire marcharon. Era...#LaMarchaDeLasPutas. Mujeres y hombres caminaban bajo el inclemente asedio del sol de medio día bajo una sola consigna: Acabar con el machismo.
“La palabra puta no es la que denigra, sino quienes la usan” fue una de las consignas. “Mi falda cortita no me hace facilita”, otra, y como esas, muchas. Las señoritas que se manifestaron el domingo lo que buscaban era dejar de ser vistas como objetos sexuales y ser vistas
(Foto: DAVID DE LA PAZ/ XINHUA ) como lo que son: Personas.
Y es que en un país donde el machismo sigo siendo un modo de vida para muchos hombres, esta marcha era, tal vez, muy necesaria. #LaMarchaDeLasPutas comenzó por una frase que es por demás sobreexplotada en México, pero que en este caso se dio en Canadá, de la rebuznante boca de un policía: "Las mujeres deben evitar vestirse como putas, para no ser víctimas".
En lo personal, apoyo la idea en la cual se basó #LaMarchaDeLasPutas. Es imperativo que todos los hombres comprendamos la importancia de que la manera de vestir, actuar, maquillarse, etc. de una mujer no nos da derecho, bajo ninguna circunstancia, a acosarlas. Podemos admirar la belleza del cuerpo femenino ataviado en estos adornos, pero no debemos de ofender a las mujeres que deciden usarlos. Cada quien tiene derecho a usar y ponerse lo que se le venga en gana y eso es algo que se debe de respetar. Como reza la consigna que utilizaron “No Es No”, y ni pex, nada se puede hacer ante esta negativa.
Sin embargo si es de notarse que esta marcha, aunque necesaria para este país machista, quedó manchada por ciertos actos de las propias mujeres que ahí se manifestaron. Se pudo observar, como era de esperarse, a una cantidad de hombres fotografiando con lo que tuvieran a la mano, a estas mujeres, escrudiñando cada centímetro de sus cuerpos con un flash, para dejar en una memoria digital lo que seguramente estos hombres jamás van a tener. Justa y exactamente es esta clase de actitudes las que se pretenden evitar con #LaMarchaDeLasPutas… Pero hubieron varias mujeres que aún con el asediante ataque de estos hombres continuaron marchando, sin miedo, sin vacilar. Pasaron de largo.
El problema fueron las mujeres que no pasaron de largo, las que se quedaron. No podría decir si fue por vanidad, o por buscar una atención que no les dan, o qué sé yo, pero estas chicas se quedaron a ser bañadas por esa lluvia de flashes, a ser arropada por las miradas morbosas de esos hombres… Esas mujeres demeritaron mucho lo que las demás estaban haciendo. Era de dar pena ajena…
Entre las mujeres que dicen no ser putas pero que actúan como tales (ejemplo provisto por las mencionadas en el párrafo anterior), y las que siguen pensando que vestirse con tacones, minifalda y escote es vestirse como putas, la verdad me quedo con las que marcharon ayer con sus ideales bien puestos…
Creo que, a fin de cuentas, #LaMarchaDeLasPutas debería de servir como lección a esos hombres que todavía andan por la vida con bandera de machos. Las mujeres, se vistan como se vistan, se maquillen como se maquillen y hagan lo que hagan son también personas, que se deben de respetar.
De notarse, claro está, las reacciones que se dieron en torno a esta marcha. Hubieron quienes pensaron que iba a haber pasarela de prostitutas con ofertas en Reforma, hubieron quienes encontraron cómico el nombre y hubieron quienes, tristemente, criticaron y denigraron la importancia de esta marcha.
Como siempre, queridos lectores, les dejo la amable invitación para que me hagan llegar sus comentarios por esta misma vía o por medio de mi Twitter (@Mornie_Aran) donde con gusto les responderé.
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